La fe nos enseña que las personas queridas, en la paz de Cristo no están separadas de nosotros, sino que están todavía unidas a nosotros en la caridad y en la vida de Dios que a todos nos abraza. La tradición de la Iglesia ha siempre exhortado a orar por los difuntos. Nosotros podemos interceder por ellos con oraciones de sufragio.
Orar por los difuntos es un acto de caridad cristiana y es una de las obras de misericordia al alcance de todos; el socorro, el sustento y la ayuda que les damos es intercambiado con su protección. En este recíproco recuerdo continuamos en modo invisible los lazos de afecto que nos unían en la tierra.
Escoge, si así lo deseas, de hacer celebrar una o más Misas por una persona viva, por un difunto o simplemente por tus intenciones.
Atención, no es posible solicitar una fecha específica para tu intención de la S. Misa. Los frailes se comprometen e celebrarla cuánto antes, en la primera fecha disponible.